Todos sabréis (y los que no lo sepáis os lo digo ahora) que desde el pasado 25 de mayo de este año, ha entrado en vigor la famosa RGPD, siglas de Reglamento General de Protección de Datos. A más de uno, le ha costado bastantes horas enterarse de qué tenía que hacer en su web, porque al final, entre una cosa y otra, casi todos recogemos datos en nuestras webs. Datos personales: nombre, apellidos, correos electrónicos, etc. y todo ello requiere ahora de un consentimiento expreso.
Realmente meter una casilla de verificación en el formulario de los comentarios, el formulario de contacto, o el “checkout” (finalizar compra) de una tienda en línea, es algo tedioso y puede haber bajado algo tu índice de respuestas a posts, de mensajes de contactos o quizás hayas llegado a perder alguna venta (ya sabemos, cualquier impedimiento que le pongas al cliente por pequeño que sea será negativo para tus ventas). Pero bueno… eso es poco comparado con los suscriptores que has podido perder si has tenido que empezar de cero con tus newsletters.