Posiblemente hayáis oído hablar en alguna ocasión de la computación voluntaria en red, para contribuir a proyectos internacionales de interés mundial con la potencia computacional que desaprovechamos de nuestro equipo.
La necesidad de cómputo de proyectos que van desde ensayos para encontrar una vacuna efectiva contra el SIDA a la comprobación de ciertos algoritmos matemáticos, son tan enormes que a día de hoy no existe tecnología suficiente para satisfacerlas en un tiempo suficiente, ni siquiera en las supercomputadores como la española Mare Nostrum.