En Internet las máquinas se comunican entre sí a través de las direcciones IP, que forman parte del nivel 3 del modelo OSI o nivel 2 del modelo TCP/IP. Estos números, que en IP versión 4 tienen esta forma: 150.214.110.3, es decir, cuatro números de 0 hasta 255, no son fácilmente recordables, por los que gracias al protocolo DNS se les puede asignar un nombre de dominio, como linuxhispano.net. De forma básica, podemos decir que cada nombre de dominio apunta a una dirección IP.
Propagación
Imaginad este caso. Tenemos a Red De Autores corriendo en la máquina A con una dirección propia y queremos moverlo a una máquina B. Debemos actualizar el DNS de forma que a partir de ese momento las peticiones vayan a la máquina B.
Montamos todo en B y en ese momento se le pide a nuestro gestor de dominios: “cambia la dirección a la que apunta Red De Autores a la máquina B”. El gestor de dominios la cambia y este hecho empieza a anunciarse a los DNS de todo el mundo (es lo que tiene Internet), gracias a la estructura jerárquica de los servidores DNS mundiales.
¿Dónde está el problema?
Para entender la raíz del problema, debemos saber lo siguiente.
La estructura de los servidores DNS en Internet es jerárquica. Quien hace de nodo principal es la ICANN, nuestra empresa gestora de dominio gestiona con ellos la compra del mismo y a partir de ahí comienza a propagarse hacia servidores DNS de nivel inferior.
Los servidores DNS tienen un sistema de caché para ofrecer un rendimiento adecuado, ya que los cambios en un dominio no son frecuentes.
En base a estas dos causas y en función a cómo está estructurada la red y a las características propias de cada servidor, los tiempos variarán, pero siempre habrá un desfase de forma que si hemos cambiado la dirección del servidor A al servidor B, habrá un período de tiempo en que los clientes accedan a un servidor equivocado en función de lo que devuelvan sus servidores DNS que aún no han refrescado.
Estado de la propagación
Por lo tanto, como podéis suponer, el estado de la propagación variará en función a dónde se encuentre nuestro servidor DNS.
Podemos conocer el estado de la propagación a través de la siguiente herramienta: What’s My DNS? que nos ofrece un listado de direcciones IP que reconocen una serie de servidores de referencia en diferentes zonas geográficas.
¡Espero sugerencias/correcciones vía comentarios!
https://www.youtube.com/embed/z-xGk9c_eOw Guionista y locutor: Manuel Ignacio López Quintero.Fecha de publicación: 31 de diciembre de 2024.
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